
A pesar de su dominio técnico obvio, Domingo sabe y se deleita en la importancia de la sutileza y el rechazo de la acrobacia. Sabe como incorporar los mejores elementos de los mejores maestros, sin bailar como cualquiera de ellos. Es el arte del silencio, la elocuencia no declarada, huyendo en todo momento de alardes técnicos y de la búsqueda del aplauso fácil; siempre confiado en el poder del compás. Un bailaor de líneas limpias y totalmente original. Domingo posee la virtud, de suma importancia, de saber lo que puede hacer y no calcular mal; cada movimiento que lleva a cabo lo plasma hasta sus últimas consecuencias y cada célula de su cuerpo es cómplice de esa tarea.

Para esta semana Domingo se hará acompañar de dos bailaoras, María Bermúdez y Sandra Carrasco, dos cantaores como Sonia Berbel y Kiko de Manola y los guitarristas Jesús Álvarez y Fernando de la Rua.