Foto con solera: Pitingo

Fue su abuela, La Pitinga -prima hermana de La Niña de los Peines, Tomás y Arturo Pavón- quien le dejó en herencia el nombre artístico. Antonio Álvarez Vélez, Pitingo, nació en el seno de una familia onubense entroncada con las sagas flamencas de Los Valencia, Los Carpio y Los Pelaos de Triana. Siendo muy joven se trasladó a Madrid, donde empezó ganándose la vida en el aeropuerto hasta introducirse en los ambientes flamencos de la capital, entre ellos, la Fundación Casa Patas a la que acudía para cantar en las clases de baile llegando a participar, incluso, en los primeros festivales de fin de curso de los alumnos. Y, por supuesto, Casa Patas donde trabajó en repetidas ocasiones acompañando al baile a diferentes artistas. 

Pitingo, en sus inicios, compartiendo el escenario de Casa Patas con Saúl Quirós
Pitingo, en sus inicios, compartiendo el escenario de Casa Patas con Saúl Quirós

A día de hoy, a Pitingo le avalan varios trabajos discográficos,  colaboraciones de todo tipo y el reconocimiento internacional. Aunque siempre ha sido flamenco, nunca ha renunciado a otra de sus grandes pasiones, la música negra. Sus temas han seguido la senda de un nuevo color: el de la soulería o soul a ritmo de bulerías, una fusión que empezó a gestarse en su debut, Pitingo con Habichuelas (2006) y que perdura hoy como seña de identidad.  

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