10 preguntas a Rafael Jiménez «El Falo», cantaor

Han pasado quince años entre la publicación de su primer disco, Cante Gitano, y El Cante en movimiento, su segundo trabajo en el que, una vez más, Rafael Jiménez recupera estilos y cantes poco utilizados para ofrecerlos actualizados al público de hoy. Diferente del resto de los cantaores, Falo cambió su concepto del arte a raíz de vivir en N.Y. Para este asturiano –que ha trabajado con los mejores artistas- la investigación y el estudio no sólo han influido en su personalidad artística sino también en su faceta como docente y conferenciante.

Rafael Jiménez "El Falo"
Rafael Jiménez "El Falo"

1-El Cante en movimiento es su recién estrenado segundo disco, ¿por qué ese nombre?
Porque entre la tradición y la modernidad, el camino es el movimiento. No hay tradición sin modernidad y viceversa.

2-Siempre ha apostado por la renovación del cante…
Creo que es fundamental para ser honesto con nuestros antecesores. Ellos recreaban siempre los cantes enriqueciéndolos. Enrique de la Paula decía de su padre, Joaquín el de la Paula, que había hecho de un cante que tendría unos 20 centímetros uno de medio metro.

3-¿Por qué dejar pasar tanto tiempo entre la publicación de este trabajo y del primero?
Volver a grabar era un gran reto porque en el primer disco había invertido todo lo que tenía como artista hasta aquel momento y no quería repetirme. Quería hacer algo distinto y que aportase algo. Para mí lo más importante son las aportaciones.

4-Dicen que su último disco “engancha” a quien lo escucha…
El motivo quizá sea que la música y la letra son tradicionales y han pasado por un largo proceso de “control de calidad”. Nacen de sentimientos sencillos, comunes a todos y van pasando de generación en generación haciéndose cada vez más ricas hasta que llegan a su cenit. Cualquier ser humano puede identificarse con esas letras cuyas músicas son de contrastada belleza.

5-Su voz es considerada como una de las más singulares del flamenco pero no sólo su voz, también los conocimientos que atesora y que plasma en trabajos como este…

Quizá el hecho de no haber nacido en Andalucía me ha hecho interesarme de manera especial por el arte flamenco. Cuando tenemos las cosas cerca no les damos tanta importancia porque pensamos que podemos volver a escuchar o consultar algo cuando queramos. En mi caso, desde niño tuve la necesidad de conocer más y más las vidas, historias y nombres de los autores de esta música única en Europa. Era sin ninguna pretensión, me motivaba únicamente la admiración y hoy el agradecimiento, pues todo lo que soy se lo debo al flamenco.

6-¿Quienes son sus referentes en el flamenco?
De las primeras grabaciones: Tomás Pavón, Pastora Pavón, Manuel Vallejo, Juanito Mojama, El Gloria… A partir de los años 50, Antonio Mairena, Juan Talega, Manolito el de María, Tío Borrico… Más recientemente, Juan Peña El Lebrijano, que considero que es el cantaor más brillante del siglo XX.

7-Su carrera también se enfoca desde el punto de vista docente. ¿Cual es el principal valor que intenta transmitir a sus alumnos?
Lo enriquecedor del conocimiento. Cuanto más conocemos el pasado del flamenco más nos enamoramos de sus autores e intérpretes, más nos identificamos con ellos. Y esto mejora en gran manera nuestra forma de cantar, bailar o tocar. Cuando somos capaces de sentir que somos la continuación de nuestros antecesores, más en serio nos tomamos nuestra profesión y lo hacemos con más coherencia y seguridad, lo que suele da unos magníficos resultados profesionales.

8-¿Y qué cree que ellos buscan en sus clases?
En principio, una forma rápida de resolver sus dudas, un método de “Aprenda usted flamenco en 24 horas”. Pero, generalmente, cambian esta forma de pensar por: “Qué hermoso es este arte y qué
privilegiado soy por ser artista flamenco”. 9-¿Cómo ve y vive el flamenco actual? Como siempre, artistas que tiran para atrás y artistas que tiran para delante: así, la cuerda se va alargando y el flamenco es cada vez más grande. Creo que goza de muy buena salud y que en breve será la música más importante del mundo. Ya lo ha sido el jazz, ya lo fue el clásico y creo que es el momento del flamenco.

10-¿Qué es Casa Patas para usted?
Entré por primera vez en Casa Patas como espectador. En ese momento —finales de los 80— era una gran meta para los artistas flamencos; actuar allí era todo un reto ya que el público estaba mayoritariamente compuesto por artistas de gran calidad. Poco después, me tocó verlo desde el escenario. Recuerdo que entre el público estaban Enrique Morente, Rafael Riqueni, El Indio Gitano y muchos otros que hoy son grandes figuras del flamenco. Esa fue mi primera gran actuación como artista profesional. Al acabar, Morente estaba esperándome en la puerta para decirme cosas que me conmovieron mucho. A partir de ahí empecé a acompañar al maestro en sus actuaciones y a la mayoría de los grandes bailaores desde aquellos tiempos hasta el día de hoy. Más de 20 años después de ese debut, sigo teniendo la suerte de ser reclamado en Casa Patas, a la que he visto crecer desde sus inicios y me siento un privilegiado por ello. He trabajado aquí en muchas ocasiones con gran número de artistas distintos, incluso algunos que ya no están en activo y espero haber contribuido con mi humilde trabajo a construir lo que hoy representa Casa Patas para el arte flamenco. Quiero acabar destacando el maravilloso trato que he recibido siempre de parte de todas las personas que trabajan en Casa Patas: su cariño y su respeto —sentimientos que son recíprocos, y confío en que duraderos— siguen emocionándome a día de hoy. Espero y deseo volver a cantar pronto aquí. Salud y libertad para todos.

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